Dios nunca nos deja

Gracias a Dios, Dixiana y yo habíamos iniciado las labores de búsqueda en Barcelona semanas antes. Enviamos emails a todos los centros médicos, y directamente a los profesionales que localizamos en internet, validándolos o descartándolos según sus datos técnicos.  Teníamos claro que necesitábamos identificar a un especialista en la cardiopatía congénita de Luis Fernando, y capaz de recibir la batería de pruebas que habíamos realizado durante años en Alemania y Costa Rica. A lo largo de nuestro trabajo, enviamos...

Seguir leyendo