La Incertidumbre

El 4 de mayo, a pedido del Hospital en Alemania, realizamos un nuevo Angiotac en Costa Rica. Necesitaban una imagen digital actualizada del corazón, para respaldar sus evaluaciones, darnos fechas potenciales para la cirugía y proporcionar un presupuesto detallado.

Para  ese momento, una prima me había dado el contacto de una familia costarricense radicada en Barcelona, España, quienes habían realizado una campaña urgente unos años antes por una situación de salud de una de sus hijas. Mientras observaba cómo preparaban a Luis Fernando para el Angiotac, en la habitación del hospital me sentí  impotente e indefenso. Todo lo que podía hacer era orar a Dios, para que nos diera un rayo de esperanza en un momento tan difícil. Tomé la decisión de comunicarme a través de WhatsApp con esa familia. Quería conocerlos, buscar consejos y aprender de sus experiencias. Poco sabíamos que meses más tarde, se convertirían en una parte muy importante de este proceso.

El 7 de mayo, Mariela y Montgomery se unieron a nosotros a través de una videollamada para hablar sobre su experiencia. Fue reconfortante encontrar una familia con la que pudiéramos compartir nuestras preocupaciones, y que también nos brindaran buenos consejos. Tuvimos una conexión inmediata, y nos mantuvimos en contacto, discutiendo siempre el desarrollo del tema de Luis Fernando. 

Después de enviar el Angiotac, la comunicación con la oficina internacional de Heidelberg fue lenta y fue difícil de entender. No pudimos obtener de ellos las fechas anticipadas de la cirugía, y los costos asociados. Llamamos de madrugada desde Costa Rica para obtener claridad; habían sido meses de mucha tensión e intercambio de información. La respuesta siempre fue la misma: estaban trabajando en la definición de costos. 

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